Entrevista con Andrés Azpiri de Limoneromx / by Sociedad Cimarrona

De industrias culturales, producción musical y economías en el arte. Sociedad Cimarrona entrevistó al productor Andrés Azpiri de Limoneromx y este fue el resultado:

SC-¿Hasta qué punto la democratización de la tecnología realmente facilita la producción musical de alta calidad profesional sin la necesidad de grandes estudios? ¿Este proceso aplica en países como México considerando la economía local y la media de ingreso?

Actualmente la relación calidad-precio en micrófonos, interfaces, computadoras, etc. posibilita que los estudios “caseros” produzcan cada vez un mejor sonido, un sonido que compite con las producciones de estudios comerciales. He tenido varios clientes que me contactaron después de tener una experiencia mala en dichos estudios, clientes que  gastaron un dineral para grabar sus canciones sin que la calidad del producto final corresponda al dinero invertido. Por ejemplo, en una ocasión un cliente me mostró una de sus canciones y, a juzgar por la calidad, pensé que era un demo que él mismo había grabado en su laptop. Después me enteré que en realidad había grabado en un estudio comercial por 10 mil pesos. No se trata de dónde grabes tu música, sino de quién la graba. Si la persona encargada de grabar tu música trabaja en un mega estudio, pero no tiene la experiencia o el interés de entregarte un producto decente, mejor busca a alguien que esté motivado en hacerlo.

Este proceso de “democratización” sí es un fenómeno generalizado, pero como toda democracia, aplica de forma distinta a cada región. Por ejemplo, en México pagamos más del doble que en Estados Unidos debido a la depreciación de la moneda, impuestos, gastos de envío, etc; además nuestro ingreso es mucho más bajo. Hablo desde mi experiencia en la Ciudad de México. En otras ciudades del país el ingreso llega a ser menor y el costo mayor.

SC-En términos de la estética musical, ¿existe algún elemento específico que caracteriza la producción hecha en México? ¿Hasta qué punto los referentes coloniales en el contexto cultural siguen teniendo impacto sobre la alternatividad?

Los géneros musicales que predominan en la industria alternativa mexicana son consecuencia directa de la cultura musical exportada por Estados Unidos y Europa Occidental. En este sentido, los referentes coloniales tienen una profunda influencia en la escena nacional. El problema no radica en emplear determinado género musical como medio de expresión, ya que el arte debe ser libre y cada quien debe expresarse como quiera y pueda. Lo problemático es que se repiten los mismos discursos e inquietudes de artistas que viven o vivieron en realidades y contextos totalmente ajenos a los nuestros. Cantar una canción que narre cómo una mujer nos rompió el corazón, cantada de forma muy bonita y aparentemente inocente, puede llegar a ser irresponsable en el contexto del México actual, un país campeón en culpabilizar a la mujer por cualquier afectación del hombre. No se trata necesariamente de escribir canciones con conciencia social, pero si se toman en consideración ciertos aspectos de nuestro entorno, se puede incluso usar al mismo amor no como un mero tema narrativo, sino como un vehículo para dignificar y empoderar al oyente, como bien se ha logrado a través del RnB y Hip Hop, géneros también exportados por E.U.A., pero que tienen un enfoque totalmente distinto al “indie” o el rock mainstream. Si los músicos se acercaran de forma honesta y orgánica a otras narrativas y formas de expresión, enriquecerían su lenguaje y perspectiva. Pero otra de las características de la “alternatividad” es su desinterés, e incluso intolerancia hacia estos otros lenguajes. Lo sé porque yo fui igual: escuché los mismos 5 discos de rock durante toda mi adolescencia, considerando otros géneros como “inferiores”. No fue hasta que comencé a grabar a otros artistas que comprendí la complejidad de otros géneros, y poco a poco fui no sólo respetando, sino disfrutando otros sonidos.

SC-En Limonero se gestan y cruzan varias formas de producción; fotografía, música, video. ¿Cuál es el enfoque, agenda y metodología de trabajo?

En 2009, mi hermano y yo cubrimos las paredes de nuestro cuarto de ensayo con hule espuma, conseguimos una interface y nos pusimos a grabar nuestros propios demos. Al poco tiempo comenzamos a grabar los proyectos de nuestros amigos, y se comenzó a correr la voz entre otras bandas. En 2015 remodelamos ese cuarto de ensayo y así nació Limonero. Desde el inicio nuestra meta ha sido la misma: que nuestros clientes disfruten el proceso de grabar y se enorgullezcan de su trabajo una vez terminado. Ponemos mucho enfoque en generar un espacio de trabajo libre de tensión, sin presión de tiempo, porque es importantísimo que tanto el cliente como nosotros quedemos no sólo satisfechos, sino emocionados con el resultado final de la producción. No nos importa qué tipo de música o “género” toquen nuestros clientes. Nuestra meta es que las canciones transmitan su intención y emoción. El audio y video se entrecruzan de forma orgánica ya que yo hago exclusivamente audio, y mi hermano video y fotografía.

SC-¿De qué se trata Delay lay lay? ¿Cómo se inserta en la industria cultural?

Delay lay lay es una banda formada recientemente por mi hermano y yo. Surge de la necesidad de usar a la música como un medio para generar comunidad, unir talentos multidisciplinarios y visibilizar el trabajo de todos. La colaboración es un aspecto muy saludable en cualquier emprendimiento creativo. Al ser únicamente dos personas tomando todas las decisiones de grabación y producción tanto musical como visual, corremos el riesgo de perder perspectiva y ofrecer una propuesta unidimensional. Recientemente estrenamos nuestro primer video, “Special” donde trabajamos con más de 20 personas de distintas disciplinas: fotografía, arte plástico, ilustración, parkour, etc. Estamos preparando cuatro videos más como parte de nuestro primer álbum que saldrá a finales de 2017 y para el cual elegimos los temas que más nos entusiasmó crear y ensayar en los últimos dos años. El resultado del disco son canciones que van desde pop-funk hasta bolero, géneros que le dan un buen respiro y color al cuerpo completo del álbum.

SC-¿Qué proyectos musicales que hayan salido recientemente recomiendan?

Naturalmente recomiendo a mis clientes, que hacen música tan variada como RnB, pop, hip-hop, rock, bluegrass, etc. Hay canciones para todo gusto Aquí 

Quisiera también mencionar a los trabajos más ambiciosos en los que hemos tenido la fortuna de trabajar: El documental Nana Dijo, donde hicimos la musicalización, mix y masterización.

Y Radio Ambulante, un podcast de periodismo de investigación que visibiliza las voces de Latinoamérica que rara vez salen a la luz en otros medios, y donde tengo la fortuna de colaborar como asistente de producción.