La historia de Porfirio Ramirez es una lucha por la reparación histórica.
Sonaría ingenuo pensar que el proceso de periferización solo aplica en el contexto geográfico y del espacio físico, cuando es el cuerpo la genesis que marca la pauta de los bordes que estratifican y de toda diferencia creada.
La condición física de Porfirio es solo una metáfora del proceder abrasivo del colonialismo (externo e interno) que se expresa mas vigente que nunca en "Latinoamérica".
Aqui no hay "realismo mágico". La mierda es mierda; los olores y texturas del despojo no son aromatizados desde las plataformas privilegiadas del criollismo en la "Nueva España".
Porfirio es violencia digna.