En una industria cultural dominada primordialmente por hombres blancos, la producción cinematográfica de Sara Gomez es ademas de un parteaguas, una aportación fundamental en la narrativa de las mujeres negras en el arte a nivel mundial.
Siendo la primer mujer graduada del ICAIC (Instituto Cubano de Arte e industria Cinematográfica), Gomez cambió el rostro del ejercicio fílmico hegemónico en ese momento al abrir una plataforma de dialogo en el que se generaba una intersección entre género, raza y clase en aquella Cuba revolucionaria que no habría logrado suprimir a la estratificación racial como una de las problemáticas mas graves a nivel social y cultural en la isla.
Sara Gomez se fue demasiado joven , pero su obra deja una aportación clara, frontal y transgresora a través de un cine útil para el flujo de los diálogos nuestros y la cartografía corpórea de nuestra existencia.